martes, 25 de agosto de 2015

Lo que quieren estos tipos (o "Dale, votalo a Macri")

Hace un rato, al pasar, leí una noticia de esas que aparecen en algún margen. La leí por curiosidad, medio esperando lo que iba a decir. Y es tan esclarecedora del país que quiere un grupo de personas que mas no se puede decir.

Yo creo que lo mas terrible no es el hecho de que haya gente convencida de votar a Macri (o Massa, o Carrió, que por suerte ya no está entre los candidatos) por su odio al gobierno. Es triste, pero en todo caso no es tan grave como ciertos daños colaterales generados desde la prensa en ese público efervescentemente anti kirchnerista. El primero es el descrédito y odio a la política en general. El segundo es la adopción de los principios o "valores" (si se los puede llamar así) de un sector de la sociedad muy reducido y poderoso al que no pertenecen.


La "COPAL" es la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios, una entidad empresarial corporativa que responde a los intereses de las empresas de alimentos y bebidas de la Argentina. Claramente, dado que la industria alimenticia en Argentina es la mas o una de las mas poderosas del país, no es poca cosa lo que opinen estos tipos, y mucho menos si lo hacen público en forma tan descarnada.

El diario INFOBAE publica ésta nota en la que se hacen públicos diez puntos que considera la COPAL deben tomarse (por supuesto, siempre por parte del poder político porque ellos no pueden hacer nada para evitar contratar gente en negro o evadir impuestos) para mejorar la competitividad de las empresas del rubro. La nota tiene errores, pero los puntos están mejor representados en el propio documento publicado por la COPAL, aquí.

Es notable que prácticamente todos los puntos se basan en eliminar barreras arancelarias que los perjudican (obviamente no las que los benefician) y en ninguno de los puntos se menciona ni el aseguramiento de abastecimiento interno y precios accesibles, ni la inversión ni el trabajo en negro o precarizado hasta el final, donde se habla de "facilitar" el "financiamiento" y "propiciar diálogo social" y promover "la adaptación de las condiciones laborales a la realidad productiva" (notable) o "generar instrumentos" para eliminar la informalidad.

  • Libre determinación de los precios de alimentos y bebidas- Es un principio rector de la filosofía empresaria de esta industria, que históricamente ha demostrado su responsabilidad en este tema y que, además, está convencida que una prudente política monetaria y fiscal y no los controles de precios, son la mejor política antiinflacionaria.
  • Derogación de la Ley N° 26.991 - Ley de Regulación de las Relaciones de Producción y Consumo, por su manifiesta inconstitucionalidad. Constitución del Tribunal de Defensa de la Competencia, que fuera creado por la ley Nº
  • Derogación de toda norma (Decretos, Resoluciones, Disposiciones, Ordenanzas y Comunicaciones) que limite en forma directa o indirecta la libre exportación de alimentos y bebidas, o restrinja la importación de insumos o bienes finales para esta industria. Diagnósticos y Propuestas de Políticas Públicas para la IAB - abril 2015 Página 5
  • Definición de un cronograma que refleje la progresiva pero permanente disminución hasta su eliminación total, de los derechos de exportación sobre las materias primas que procesa esta industria así como sobre sus productos finales.
  • Definición de un plan de pagos de los reintegros y reembolsos adeudados y, un análisis integral para establecer los nuevos niveles de reintegros, con especial énfasis en las producciones de economías regionales.
  • Disminución de la carga fiscal e impositiva acumulada a nivel nacional y subnacional. Reimplantar el ajuste impositivo por inflación.
  • Facilitar las condiciones y costos de líneas de financiamiento para capital de trabajo, inversión productiva y pre-financiación de exportaciones, con tratamiento diferencial para empresas pequeñas y medianas.
  • Propiciar un diálogo económico-social- para consensuar las cuestiones colectivas en materia laboral y que constituya un espacio que promueva la adaptabilidad de las condiciones laborales a la realidad productiva, la incorporación de jóvenes y mujeres en el mercado laboral y la adecuación a los desafíos de la tecnología, productividad y competitividad, con un trabajo digno, socialmente protegido y remunerado en forma justa.
  • Derogar toda norma que en forma directa o indirecta promueva la vigencia de dobles estándares sanitarios en la industria de alimentos y bebidas.
  • Generar los instrumentos para la eliminación de la informalidad, tanto desde el punto de vista de aspectos fiscales como de normas de higiene y sanidad.
  • Propiciar la reducción de los costos logísticos a través de la mejora de la infraestructura en rutas, caminos, puertos, transporte, energía, etc.


¿Nada más muchachos?

martes, 30 de junio de 2015

Bueno, ahora hablemos de Daniel

Como vengo sosteniendo hace rato (especialmente desde mis participaciones como comentarista, dado que hace muchísimo que no escribo en el/los blog/s), y algunos compañeros blogueros también vienen insistiendo, Scioli era prácticamente la carta obvia para el FPV en el 2015 que hoy promediamos.


Lo venimos diciendo hace rato porque mas o menos se veía venir. Quizá, no tan brutalmente como llegó, confieso. Yo no me esperaba (y todavía no estoy muy seguro de que sea una buena jugada) unas PASO de candidato único, de hecho sostuve mas de una vez que las PASO del FPV debían ser una interna abierta porque eso motiva la participación, como se vió en 2013 en el caso UNEN vs. PRO en la Capital Federal.

La cosa es que llegó como llegó. Pero, en definitiva, Scioli es el candidato del FPV. Muchos se resisten a ésta candidatura dentro del FPV, posiblemente quienes se sienten mas cerca del "componente" de izquierda o progresista del FPV que del peronista.
Quienes conozcan mi posición desde mis viejos post en mi viejo blog sabrán bastante bien que mi posición dentro del espectro "izquierda-derecha" está bastante clara: me considero mucho mas cercano a las ideas progresistas que a lo que usualmente se le llama "derecha", desde prácticamente todos los puntos de vista (económico, social, etc.). Sin embargo, no sólo creo que la opción Scioli era inevitable sino que es, a la vez, una opción saludable para el FPV.

Por ese motivo, voy a exponer mis razones para pensar de ese modo en una serie de tópicos bastante simples, o eso espero.


Scioli, Menem y Kirchner (¿Scioli es neoliberal o progresista?)
El primer gran punto para caerle a Scioli es el típico: "es un invento de Menem", lo cual lleva indefectiblemente a la equivocada conclusión, "por ende tiene el gen neoliberal en su sangre". Cuando el planteo viene por ese lado, yo siempre tomo un ejemplo: el de Victoria Donda y Libres del Sur. Cuando LDS rompió con el kirchnerismo, salió alegando que había derecha en el FPV. Eso era realmente gracioso, dado que los diputados como Donda, que decían que en el FPV había derecha porque estaba Scioli dentro del frente, olvidaban que en las boletas habían ido ellos con Scioli. Seguramente leyeron la palabra Scioli diez millones de veces y parecía que se habían dado cuenta un año después, cuando ya habían usado la estructura del FPV para llegar y les garpaba mas (o creían) armar su propio bloque.
A lo que voy es: nos conocemos todos, muchachos. Todos sabemos como son las cosas, sabemos de donde vienen muchos de los hombres y mujeres que acompañan al oficialismo hoy. El propio Néstor Kirchner fue el elegido de Duhalde para 2003. El propio Néstor, aunque bastante rebelde dentro del bloque, elogió y apoyó alguna vez a Menem. Y ¿saben qué? no está mal. Hay que decir las cosas como son de una vez por todas, y ser sinceros con nosotros mismos. En los '90 la mayoría de las personas creía firmemente que Menem había encontrado el camino correcto. No era ilógico tampoco, dado que Argentina venía de la hiperinflación y de tiempos de mucha angustia. Menem frenó la hiperinflación y mucha gente accedió a cosas que le eran inalcanzables tiempo atrás, como por ejemplo poder comprar con tarjeta de crédito. Todos sabemos que eso después explotó por los aires, y que mismo antes del 2001 ya había excluidos que la pasaban muy mal (y que los medios, cómplices, por entonces callaron para después acusar con el dedito a Menem, a De la Rúa, y a todos los que apoyaron cuando les venía bien). Pero con el diario del lunes somos todos genios: es fácil caerle a los argentinos del pasado por haber creido tontamente que Menem era un gran estadista. Pero en esos tiempos era lógico apoyar a Menem, y no por nada llegó a tener niveles de popularidad altísimos.
Scioli no era ni mas ni menos que uno de esos argentinos que por entonces apoyaba a Menem y hoy dice que no hay que volver a los '90. Eso se llama aprender, crecer, saber mirar al pasado para no repetir los mismos errores. No es Scioli el único al que conozco que tenga esa posición, hay unos cuantos. De ese mas de 50% de argentinos que lo votaron en 1995 estoy seguro de que prácticamente ninguno quiere la vuelta del neoliberalismo. Que Scioli no sea anónimo en ese cambio es sólo una cuestión de visibilidad política. Por eso, también, nosotros somos muy injustos con nuestra clase política a veces. Lo que ellos explicitan nosotros lo callamos, pero en el fondo muchos seguimos el mismo camino en nuestros vaivenes ideológicos, o nuestras posiciones políticas. 


Scioli como el conservador menos conservador posible (la transición necesaria)
Es cierto, absolutamente, que dentro del universo FPV Daniel Scioli es representativo del lado mas conservador. El punto es, ¿es el FPV en su conjunto una fuerza conservadora? O bien, y mejor aún, ¿cuáles son los límites del conservadurismo posible dentro del FPV?
A lo que voy con ésto es: la idea de que se puede usar una estructura para llegar y después hacer cualquier cosa es falsa. Y vuelvo a Menem, que es un excelente ejemplo. Menem hizo lo que hizo porque tenía varios frentes que sustentaban sus medidas político-económicas. Por un lado, tenía sí al partido y a hombres dispuestos a sostener ese plan de gobierno, también a los intereses externos e internos (políticos y económicos) que estaban mas que felices con ese plan de gobierno liberal. Pero, ojo, también había un pueblo argentino dispuesto a aceptar esos cambios. ¿Recuerdan muchas marchas contra las políticas de flexibilización laboral, o estatización de la jubilación? No, porque la gente, en general, estaba de acuerdo con eso.
Llevemos eso al plano actual, ¿que margen de acción tiene Scioli para aplicar políticas noventistas si asume como presidente del FPV? Lo gracioso es que ningún potencial presidente tiene margen para eso. Las políticas noventistas están mal vistas por el argentino medio. No por nada se usa el argumento de Aerolíneas, AFJP, deuda externa, etc., para pegarle a Macri y los suyos. Esas ideas son, en general, bastante piantavotos. El argentino medio aprendió bastante del golpe de los '90 y el 2001 para repetir la misma gilada. Por eso, ni el propio Macri podría felizmente dar de baja así como así la AUxH, o inclusive algo tan superficial, si se quiere, como el Fútbol para Todos. Imagínense que margen de acción puede tener Scioli para hacer eso y, encima de todo, con una militancia intensa en favor de las políticas llevadas a cabo desde 2003 que, digamos que mas o menos bien salieron como para que Cristina tenga después de 12 años de visibilidad una imagen positiva del 50%, y dirigentes, ocupando cargos y bancas, que son bastante del riñon de ese kirchnerismo "puro".
Pero la mejor pregunta de todas es, ¿para que Scioli querría aplicar políticas neoliberales? Eso no tiene sentido alguno.
Lo que sí tiene sentido es pensar: ¿será Scioli mas conservador que Cristina y Néstor? Bueno, en las formas ni hablar, y eso es una gran oportunidad para una normalización en la polaridad kirchnerismo-antikirchnerismo creada exclusivamente por el periodismo en 2008. Esa situación les cayó a Néstor y Cristina como un balde de agua fría. No tuvieron otra que actuar a la defensiva, porque los medios (Clarín a la cabeza) fueron por todo y se los quisieron llevar puestos. La jugada les salió bastante mal, pero era esperable. Pero el daño lo causaron, lograron poner a dos dirigentes con una imagen bastante buena en una situación de polarización en la que las posiciones a favor y en contra se radicalizaron, lo cual, para un dirigente político, en general no es bueno. Tener una imagen mas neutral en la población te da margen para hacer las cosas con mas tranquilidad, sin tanta tensión, sin que haya lugar a que te quieran interpretar. Piensen en las reformas positivas que se han hecho en diferentes niveles en los últimos años y recuerden si alguna de ellas no estuvo teñida de sospechas de corrupción, de sentido de la oportunidad del gobierno con fines electorales, de mala fe, etc. Todo eso se podría haber evitado, y estoy convencido de que Néstor y Cristina lo hubiesen querido evitar a toda costa, gobernar les hubiese sido mucho mas fácil y, seguramente, las reformas hubiesen podido ser mas profundas aún que en un clima de tensión continua.
Scioli puede normalizar esa situación sin necesidad de ceder absolutamente nada. Es un candidato que tiene un perfil demasiado moderado para que se lo pueda llevar al lugar de tirano, déspota o autoritario al que llevaron a Néstor y Cristina desde los medios. Y él mismo va a evitar toda confrontación posible.
¿Y desde los hechos? ¿será un gobierno mas conservador? El tema es que, parafraseando a Escribano, la Argentina ha resuelto darse gobierno conservador por cuatro años. Quiero decir: no hay gobierno no conservador posible. Fíjense que las emergentes fuerzas de izquierda dura no hablan de que "la inseguridad" sea un bolazo (quienes hayan leido alguna vez mi posición, sabran perfectamente que creo que es un bolazo), sino que lo llevan al plano de la represión policial, de la exclusión y la marginación, pero cuando los invitan a los medios o les preguntan no niegan que exista una situación inédita de inseguridad en Argentina, lo cual es realmente así en vista de los indicadores.
Dicho de otro modo, la gente quiere gendarmes o uniformados cualesquiera en la calle, sea porque les da mas seguridad o por lo que sea, y un gobierno no puede negarle a su pueblo lo que el pueblo pide. La sociedad se volvió mas conservadora, porque en parte es lógico cuando para muchas de las personas que la integran parar la olla ya no es el tema prioritario. Scioli viene a cubrir esa necesidad, pero dentro del FPV, lo que implica, manteniendo las reglas del juego básicas del kirchnerismo: consumo, mercado interno, industria nacional, inclusión social, extensión de los derechos civiles.


Scioli y la lealtad
Uno de los puntos típicos sobre los cuales caerle a Scioli es el tema de la lealtad. De hecho, algunos de los que pensaban en Randazzo como el candidato "duro" para bajar a Scioli (es notable lo que puede hacer el contraste), olvidan que Randazzo aparece en los cables de charlas con la embajada diciendo que hay que arreglar con el campo, y Scioli, que fué vice y gobernador de la provincia de Buenos Aires no aparece en un solo caso.
El momento del conflicto del gobierno con "el campo" es, justamente, el que marca a fuego la lealtad de Scioli con el kirchnerismo. Ese era el momento de Scioli para salirse del partido (y con ello, desangrar al FPV, llevándose de su mano a gran parte de sus intendentes y hombres de, al menos, la PBA, cuando no gobernadores de otras provincias).
El FPV siempre aceptó a Scioli con sus diferencias "de formas". Ni Scioli fué felpudo de Néstor y Cristina, ni es un caballo de Troya por ir a jugar al fútbol con Macri o cenar con Magnetto. Justamente, el hacer públicas estas cosas, muestran que Scioli no oculta lo que es, ni su forma de hacer política. Pero, en los hechos, ha sido un tipo muy consecuente con el proyecto político al que pertenece.


Scioli y la gobernabilidad vs. Macri o Massa y la ingobernabilidad
El punto mas sobresaliente de por qué Scioli es el candidato mas viable excede al FPV. La realidad parece indicar que, en vista de diversos aspectos, la oposición está lejos de poder tener capacidad de gobernar el país. Esto hace de Scioli un candidato sólido puertas adentro pero también puertas afuera del kirchnerismo.
Dicho mas claro: muchas personas van a votar a Scioli porque saben que no hacerlo es un riesgo elevado de que el presidente que venga tenga serios problemas de gobernabilidad. Macri con suerte tendrá a la CABA de su lado (imagínense si pierde el PRO duro de Larreta con el PRO blando de Lousteau) y gracias. El PRO es un sello, técnicamente un vecinalismo con escasa inserción en el interior del país que necesita de figuras del espectáculo para sumar votos. De Massa ni siquiera sé si vale esa descripción, es casi una aventura personal de Sergio Tomás con algún que otro rezago del otrora "Peronismo Federal". Indefectiblemente, el FPV tendrá mayorías en las dos cámaras. La mayor parte de los gobernadores serán del PJ, y casi seguro así será en la PBA. ¿Se imaginan a Macri o Massa gobernando el país con minoría en las cámaras, con prácticamente todos los gobernadores opositores?
Ya no es sólo una cuestión de las políticas que podrían pretender aplicar, sino también de la fuerte oposición política que inevitablemente deberían sortear. Muchos se dan cuenta de que Scioli sería un presidente fuerte y que Macri y Massa serían presidentes débiles, apenas protegidos por la coraza mediática o las corporaciones empresarias, o los intereses foráneos, pero ¿por cuánto tiempo? ¿con cuánta espalda? ¿con cuánto margen de error?

Creo que, mas o menos en estos puntos expongo por qué creo que Scioli viene siendo, hace rato ya, el candidato obvio del kirchnerismo para 2015. Obviamente nos espera una etapa de cambios. Pero de cambios necesarios. El FPV, como frente plural y heterogéneo, debe poder soportar estas transiciones.
Habrá que ver que nos depara el destino. Y, claro, no necesariamente tengo la razón, así que los invito a que discutamos (trataré de hacerme tiempo para intervenir si se arma un debate).

jueves, 16 de octubre de 2014

El enanito no imaginario



Hoy, como un día de tantos otros fui a tomar el bondi para ir al laburo y vi que una mujer estaba repartiendo ejemplares de “El Argentino”. Me acerqué, me dio uno y lo empecé a hojear para pasar el tiempo mientras llegaba el micro. Y, por esas cosas del azar, en la página 11 del diario de hoy (en realidad, ya no va a ser “hoy” cuando haya publicado ésta nota en el blog), 16 de octubre, al pie me topé con una notita de opinión escrita por un tal Lucas, titulada “El enemiguito imaginario”.



Quizá sea una chanza del destino que hoy Argentina haya hecho su primer lanzamiento de un cohete y que yo me encuentre con el personaje éste y su profundo espíritu crítico a todo lo que no es su propio ego, plasmado en una notita de diez twits.
El punto es lo que dice la nota, y es interesante, no para hacer mella en el autor que ya bastante tiene con la carga de ser conocido por haber defendido aquello que hoy aborrece, sino porque refleja el paupérrimo y corto análisis que hacen algunos políticos, periodistas y, como en éste caso, opinadores de la oposición al gobierno actual.
El tipo empieza citando a Perón. Es un clásico de los antiperonistas que odian a éste gobierno: citar a Perón para que quede claro que “el gobierno no es peronista”, y “que ya no quedan peronistas de los de antes” (aunque “nadie roba como los peronistas”, etc., o sea, somos peronistas o no según la conveniencia de los autores). En fin, cita a Perón para describir la pelea entre Alex Freyre y Pachano, o sea, una cuestión de alto vuelo como puede imaginarse el lector.
“Perón decía que se puede volver de todos lados menos del ridículo. Alex Freyre ingresó a ese drástico estadio del ridículo con sus declaraciones contra Anibal Pachano”.
Dice el autor de la notita. Y sigue, parado sobre el banquito cual enano fascista:
“Pero detrás de esa violencia verbal idiota hay una lógica y es la del oficialismo en los últimos meses. Carentes de defender al gobierno más que con cierta melancolía, dado que ya no hay buenas noticias, la carga de frustración se redirige a un destino curioso. Luchar ya mismo contra el gobierno que imaginan que vendrá. Y derogará fabulosas leyes, conquistas que sólo le debemos a la familia presidencial y vendrán ajustes, tormentas sociales y una carestía que por supuesto se opone a éste festival de consumo hermoso para ellos, dado que la mitad más pobre de la población trabajadora no ha sido invitada al convite”.
La nota sigue (no mucho), pero por poca relevancia y para la salud del lector evito continuar su transcripción. Pero fíjense que interesante que es, que paradójicamente rica es en su pobreza argumental y en su terrible simplismo y su voluntarismo, en el sentido de creer lo que él quiere y afirmarlo como una realidad innegable. Es la foto de un opositor medio, de esos que uno ve en la cola del supermercado gastando 3000 mangos por compra, comprando boludeces innecesarias, pero echándole la culpa a Cristina de que el muñeco de Batman para el pibe es muy caro porque la yegua no deja importar juguetes con total libertad como en los países serios.
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Por supuesto, el inicio del párrafo citado se nutre del lavagnismo, el vickytontismo o en albertofernandismo básico: “últimos meses”, “cierta melancolía”, “ya no hay buenas noticias”. Léase: Yo estuve ahí, pero porque antes eso era bueno. El “antes” era bueno depende de cada uno. Para Lucas es un té con Bergoglio, para Alberto Fernández la pelea con Clarín o los calzones de los hijos de Ernestina y para Vicky es que Scioli era el gobernador y ella no se había dado cuenta antes.
Es muy fuerte decir que en Argentina ya no hay buenas noticias. Hasta en el 2001 hubo buenas noticias: era buena noticia la gente movilizada, era buena noticia la gente organizándose para sobrevivir cuando el Estado (o más bien, los gobiernos) le dio la espalda. Eran buenas noticias dentro de la desgracia. Siempre hay buenas noticias, aun en los peores momentos de nuestra historia. La frase es digna de un Pagni o un Sirvén, o del pasquín Urgente 24, de tipos que lo único que tienen en mente es joder al gobierno porque a ellos les joden el kiosquito y hacer ver como que, fuera de joda, estamos en el infierno y el último tren salió hace como cincuenta años.
Para no ser obvio, y dejando de lado la noticia del día, yo tengo una buena noticia para el autor de la notita: lo escribió en un diario “oficialista”, de tirada gratuita que mucha gente en la calle puede leer. Es decir: él no sólo tiene el derecho garantizado de expresarse libremente, también tiene los medios que muchos no tienen y mucho menos en un diario de línea de pensamiento opuesta. ¿O me llamarán a mí de Clarín, La Nación, o cuando menos de La Razón para poder decir lo que pienso, no de Héctor Magnetto o Ernestina de Noble, apenas pido poder opinar del caradura de Buzzi o de Sergio “Embajadita” Massa? Es más, ¿lo dejarán a él hacerlo? (¿tendrá interés en hacerlo, de hecho?).
Éste gobierno, que controla a los medios y censura, le permite a un tipo decir que todo el oficialismo es una manga de pelotudos que niegan la realidad y atacan sin razón a la oposición desde un diario del oficialismo.
La verdad, para mí lo de Alex Freyre es una sarta de estupideces que, encima, es totalmente desubicado políticamente. Nadie sabe el futuro y mucho menos puede expresar lo que se le ocurre porque sí, por más seguro que esté, si tiene visibilidad pública y si alguien lo asocia con una corriente política. Sin dejar de recordar que es un tema sensible, con el que no se debe jugar aun siendo que él mismo está enfermo de HIV. No obstante, no deja de ser una estupidez que toma trascendencia por su interés en el ámbito mediático-vedetonguero argentino más que por cuestiones políticas o ideológicas en sí mismas. Y, como era de esperarse, los medios recalcitrantemente opositores le sacaron todo el jugo posible. El autor de la nota es uno más de los que agarran el árbol caído y ven como sacar un poco de leña. El tema es que, de dos ramitas, el tipo pretende calentarse todo el invierno y en la desesperación empieza a hachar el suelo.
Lo que diga Alex Freyre no es el reflejo de lo que piensa ni el oficialismo, ni algunos oficialistas, ni la mayoría de los oficialistas. No porque lo diga un tipo que cree que puede generalizar el pensamiento de todos, al menos.
Que algunos oficialistas luchen contra el gobierno que puede venir es propio de la política y del debate político. Él mismo luchó contra el gobierno de Cobos y la Sociedad Rural que podía venir, por poner un ejemplo, porque seguramente pensó que eso no iba a ser bueno para el país. Muchos oficialistas pensamos que un gobierno de Cobos, Massa o de Macri no van a ser buenos para el país y, con fundamentos, tenemos todo el derecho a expresarlo, porque incluso el día que un gobierno gana las elecciones presidenciales tiene que mantener el debate con la oposición y pelear por el período que vendrá o las elecciones que vendrán. La política es dinámica e implica hacer proyecciones irremediablemente. Lo que Alex Freyre piensa lo podría haber dicho más fundadamente si no fuese un bruto y desubicado, y si no existiese esa mierda de Twitter y redes sociales que no hacen más que destrozar la posibilidad de debatir seriamente y argumentar como se debe, y que tienen a las personas obligadas a escribir pelotudeces cada cinco minutos.
Pensar que un gobierno opositor pueda derogar “leyes fabulosas” no es imaginario, sale de la boca de los programas de gobierno y metas que se ponen los aspirantes a presidente de la oposición. Macri dijo en su momento que reprivatizaría empresas y que la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual debería ser derogada, Massa dijo que eliminaría el FxT (en otras palabras y más claramente, le cedería nuevamente los derechos de televisación del fútbol a empresas privadas) y no apoyó leyes importantes como la de pago soberano. Varios sectores (por no decir la gran mayoría) se opusieron a leyes votadas que fueron (o hubiesen sido) trascendentes: estatización de AFJPs, la reforma jubilatoria, ley de medios, ley de casamiento igualitario, etc., etc., etc. ¿Por qué uno no puede pensar que esos gobiernos tienen esa idea en mente? ¿Por qué no pensar que esos gobiernos, que hablan de la “fiesta del consumo” (¡casualidad!, el autor también) y de bajar el gasto público no va a hacer recortes y eso tenga una consecuencia social negativa?
La última frase es propia del militante tipo del FIT que se dice “obrero” o "proletario", cita a Marx y se viste con ropa de marca porque la de La Salada es muy berreta. La verdad es que, es cierto, mucha gente está hoy fuera del sistema y apenas le alcanza para parar la olla. También es cierto que antes esa gente era mucha más gente, y pedirle a un gobierno que en diez años te solucione los problemas de más de un siglo es un tanto desubicado, o mala leche.
Es gracioso, en cierto modo, ver como el autor de la nota en tan poco espacio esgrime argumentos tan en boga en la oposición de cola de supermercado de hoy: pueden ser del PRO y del FIT al mismo tiempo, correr al gobierno por izquierda y por derecha y hasta citando a Perón.
Eso sí, difícilmente pueden decir lo que piensan con claridad. Tal vez, porque les da un poco de vergüenza admitir que ni siquiera ellos saben qué carajo quieren.

viernes, 12 de septiembre de 2014

¡Por favor, subsidiame el gas que tengo que pagarme el 3G!

El otro día, accidentalmente, leí una noticia que me llamó la atención.



No particularmente por la noticia, sino porque es un ejercicio de periodismo raro de encontrar: es el tipo de noticia que dice la verdad pura y dura, basada en números concretos, pero que el 99% de los lectores lo van a tomar como una ofensa.

En Argentina se ha vuelto cada vez mas difícil hacer política o periodismo sin demagogia. Las declaraciones de Macri de hace unos días son un ejemplo muy contundente.

Fíjense:

"La factura promedio del servicio de gas para la mayoría de los ciudadanos del país, que está encuadrada en lo que se denomina categoría de cliente R21, con un rango de consumo anual entre 501 y 650 metros cúbicos, es de $132 por bimestre, es decir, unos $66 mensuales, cuando un abono al sistema de TV por cable cuesta no menos de $300, internet no baja de $200, y la telefonía celular tiene un consumo promedio no inferior a los $70 mensuales.
Tomando en cuenta este valor, la incidencia de la factura media de gas natural de un usuario promedio respecto al salario promedio registrado, unos $11.000, es de 0,6% de sus ingresos mensuales.
Esta incidencia se redujo notablemente en la última década, pasando de 3% en 2001 a 1,2% en 2007; y 0,6% en la actualidad."

Es muy buena, porque muestra el doble estándar que tenemos como ciudadanos y como consumidores. A algunos les exigimos todo (a las empresas de servicios que nos cobren dos mangos, al gobierno que nos deje los subsidios, etc.) y a otros les permitimos cualquier cosa.

El servicio de celular, que dista de ser tan imprescindible como el agua o el gas, deja mucho que desear en Argentina: es caro y malo. No obstante, es difícil imaginar una manifestación de gente indignada por la falta de señal de teléfono móvil. Tampoco por las fechorías de Cablevisión, que cobra una fortuna y estuvo años sin adecuarse a la Ley por mero capricho.

Ahora: si me suben el gas de $50 a $100, es culpa de la yegua y en éste país ya no se puede vivir.
Por ejemplo, puede verse acá una de tantas notas de los medios amigos como La Nación, dónde se enseña a los consumidores a evitar el "tarifazo" del gas. Por supuesto, como toda nota de La Nación, acompañada de improperios de gente muy enojada por los aumentos.

Vistos los numeritos de mas arriba, sería bueno que los periodistas tan preocupados por "la gente", le enseñaran a esas personas como evitar los tarifazos de Cablevisión y Movistar, por ejemplo...



lunes, 8 de septiembre de 2014

El caso Weretilnek, ¿teléfono para traidores?

Interesante lo de Río Negro.

En algunos blogs vengo diciendo, de alguna manera, que en 2015 el peronista vota al Justicialismo, y que el Frente Renovador (o "Removedor" como lo bautizó Capusotto), no lo es.

 
 http://www.laverdadonline.com/ib/002/006.jpg


"Este resultado consolida la visión de los afiliados, en identidad con el proyecto nacional que encabeza la presidenta Cristina Kirchner", sostuvo Pichetto tras los comicios.

Lo de Pichetto en la interna puede ser una muestra de lo que se puede venir en 2015. Todo indica que lo interesante posiblemente vayan a ser las internas abiertas: quiénes se presenten, si hay efectivamente interna abierta (en el FPV y UNEN todo parece indicar que así será) o si será un simulacro (en el PRO y el FR también todo parece indicar que así será).

El castigo a los traidores es inapelable, casi nunca falla. Es cierto, a veces gozan de cierta popularidad temporal, como sucedió con Cobos o Massa. Pero, a ciencia cierta, la suma de su habitual inutilidad y el cartelito de "garca" en la espalda los hace caer estrepitosamente en la consideración del electorado.

No es casual el crecimiento de Berni, con lo poco que ofrece como eventual candidato, como figurita para ocupar la gobernación bonaerense en el próximo turno, desplazando a Martín Cirio. Entre la indefinición y lo poco que hace con su cargo (excepto salir en fotos de revistas con su novia-vedette) hace que Berni parezca un todo terreno.

No muy distinto lo del crecimiento aparente de Scioli sobre Massa en los últimos meses (que aunque tenga cierta lógica hay que tomarlo con pinzas, claro). Aún con todo, el primero sigue mostrandose ejecutivo en su función, mientras que Massa se sigue recostando en 2013, repitiendo el error del Colorado De Narváez. Esto, sumado a que posiblemente nadie termina de creerse demasiado el papel de "Massita" como el tipo que tiene la solución a todos los problemas. Hasta ahora no solucionó ninguno y ya le queda sólo un año de gracia. Muchos seguramente empiezan a recordar que hasta hace poquito fué ministro del gobierno actual al que critica por lo que hizo cuándo él era parte del gobierno y el apoyo tácito de Moyano, Barrionuevo y cía. no lo ayuda a vender esa imagen de paladín de la "nueva política" que quiere instalar con primeros planos.

No hay nada dicho sobre lo que viene. Pero sí hay dicho sobre lo que pasó. Y hasta el momento, nadie llegó a la presidencia siendo traidor ni rascándose los compañeros.

domingo, 7 de septiembre de 2014

¡Vuelve la alegría, vieja!



¡Buenas a todos!

Esta entrada es a modo de presentación, por llamarlo de algún modo.

La cosa es que no puedo acceder a mi viejo blog "Encuentro Latinoamericano". Son las consecuencias de vivir en un país asolado por el kirchavismo.

Por estos motivos, vuelve Encuentro Latinoamericano -sobre todo para desmentir mi pase al massismo junto con Martín Cirio-.
Pero como tengo ganas de iniciar un blog con aires renovados, y. además, Berni está de moda, le cambié el nombre y la facha.

Desde ya, les agradezco infinitamente a los pocos que lo vayan a leer, especialmente a Lucas Carrasco, Victoria Donda, Maria Julia Oliván y tantos amigos kirchneristas de los que no quiero olvidarme.

¡Abrazo peronista para todos y todas!


NdR: Ah, si, aunque éste blog no lo lea nadie, vamos a ser selectivos porque, como todo buen trosko sabe, llega la ultraderecha K. Así que aquellos que tengan pensado el trolleo háganme el favor: no sean pelotudos y comenten prudentemente.